Si te estás planteando alquilar o comprar un apartamento o casa, seguro que hay muchas preguntas que te rondan por la cabeza. Y es que comprar tu propia vivienda es, seguramente, una de las decisiones más importantes que te plantearás a lo largo de tu vida.
Una decisión difícil que lleva a muchos a desencantarse por el alquiler por el miedo a ligarse a una hipoteca de por vida.
Pero, ¿cuál es la mejor opción, el alquiler o la compra?
En este artículo te damos argumentos a favor y en contra, para que sea cual sea la decisión que tomes lo hagas con las ideas bien claras.
Alquiler: ventajas e inconvenientes
Los defensores del alquiler argumentan como principal ventaja la flexibilidad. Con un mercado laboral inestable como el actual, el alquiler permite en un momento dado que puedas mudarte fácilmente a otra zona de la ciudad más económica o incluso a otra población, en caso de que tus circunstancias cambien o de querer abrirte a nuevos horizontes laborales.
Aunque para alquilar siempre demandará que unos meses de adelanto de pago, no tendrás que hacer frente al desembolso inicial necesario en la compra de una vivienda, como tampoco a los gastos de mantenimiento.
En alquiler, siempre estás a expensas de que el propietario decida subirte la cuota y a tener que negociar periódicamente las condiciones, y es muy probable que llegues a pagar más por la renta de alquiler que lo que supondría la cuota de una hipoteca.
Así que, a la hora de decantarte por esta opción, todo dependerá de tu estabilidad financiera y laboral, de la zona donde se plantees residir y de tus perspectivas de futuro.
Comprar una vivienda: pros y contras
A favor de la compra diremos que disponer de una propiedad puede aportarte a priori una mayor estabilidad y tranquilidad que el alquiler, ya que, en función de las condiciones de la hipoteca que contrates, no tendrás que negociar continuamente los términos del contrato, como pasaría si vivieras arrendado. Además, con los años, la vivienda estará pagada y podrás ahorrarte el dinero de la cuota mensual, con la seguridad de no perderla en caso de que tu situación económica cambie.
A la hora de tomar la decisión también debes valorar si la ubicación de la vivienda va a condicionar tu situación laboral, ya que adquirir un piso en propiedad te vincula a un lugar concreto y no te va a permitir la flexibilidad en cuestión de movilidad geográfica que te permitiría el alquiler. Aunque, claro está, siempre tienes la opción de alquilar tu propia vivienda durante el tiempo que residas en otra ciudad.